Diariamente, el Parque Infantil de la Casa Rosa sigue exponiendo los más vulnerables a contraer enfermedades al contactar con el área de juego que le puedan afectar el sistema inmunológico y desarrollo cerebral. Tras un año de silencio, la comunidad tomó manos sobre al asunto, debido al silencio de la Primera Dama de Puerto Rico. Un voluntario de la comunidad del Viejo San Juan, se encargó de hacer los rótulos, mientras que otros voluntarios pusieron cintas amarillas para evitar el uso del parque.
El 16 de mayo de 2018, recibimos confirmación científica de parte de uno de los expertos en Parasitología del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, indicando que la arena del parque está contaminada y que, por lo tanto, el parque infantil de la Casa Rosa debería estar cerrado al público.
En diciembre de 2018, tras una extensa investigación para confirmar quién era el verdadero custodio del parque, la comunidad contactó al Departamento de Transportación y Obras Públicas y a la Oficina de la Primera Dama. Se comunicaron varias veces por email y mensajes de textos sobre la necesidad vital de atender al Parque Casa Rosa, insistiendo en la urgencia de restaurar o cerrar el parque infantil.
El 27 de marzo de 2019, la Directora Ejecutiva de la Oficina de la Primera Dama y el Ayudante Especial de la Primera Dama prometieron instalar rótulos que avisaría la contaminación al público. En total, un año y casi dos meses han pasado, y el parque sigue igual de abandonado y contaminado sin rótulos, sin decisiones tomadas entre la Primera Dama y la comunidad, sin decisión clara.
Después de 1 año y 2 meses, ni un solo rótulo ha sido instalado en el parque de parte de la Oficina de la Primera Dama y del DTOP. Entonces, la comunidad tomó las riendas.
Explica la residente y activista Lisa Gabriella Faye:
Al otro día, 19 de mayo, el rótulo y la cinta amarilla fueron removidos. La comunidad busca respuestas y acción de parte de l oficina de la Primera Dama.
